miércoles, 26 de agosto de 2009


Quizas hayas llegado en mal momento, pero al fin y al cabo estas aquí.
Tu y todos tus sintomas y consecuencias. Mi mirada perdida en un punto tan duro y etereo a la vez, el titubeo de mis palabras, de mis pasos; el cosquilleo de todo mi ser.
Pero esta vez algo ha cambiado, no hay una calidez en todos mis actos, sino un frío lugubre que solo la culpabilidad puede darte.
Vuelve a ser todo una espiral, pero esta vez el atractivo cosquilleo de mi estomago es solamente un nudo.

martes, 18 de agosto de 2009

L.

Volvía a ser como un niño. Regresaba a la infancia, otra vez.

Sus gestos le deltaban; la picardía de su mirada de tintes inocentes, su sonrrisa cómica, similar a los personajes de animación, el titubeo de sus palabras, las cuales se atropellan entre sí invadidas por el animo de poder expresar lo que en ese momento él sentía, lo que sentía desde hace tiempo ya.

Su recesión me conmovio, sentí dulzura ante tal nerviosismo repentino y una tremenda curiosidad. ¿Qué es lo que ocurre?

¡Ha venido por fín!

¿Quién?

Leblon.