
Quizas hayas llegado en mal momento, pero al fin y al cabo estas aquí.
Tu y todos tus sintomas y consecuencias. Mi mirada perdida en un punto tan duro y etereo a la vez, el titubeo de mis palabras, de mis pasos; el cosquilleo de todo mi ser.
Pero esta vez algo ha cambiado, no hay una calidez en todos mis actos, sino un frío lugubre que solo la culpabilidad puede darte.
Vuelve a ser todo una espiral, pero esta vez el atractivo cosquilleo de mi estomago es solamente un nudo.